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Gudthings App | Día Internacional del Consumo Responsable

¿Existe la fórmula de la felicidad?

Javier Saura

Madrid, 15 de marzo de 2019

Hoy, 15 de Marzo, es el Día Internacional del Consumo Responsable, lo que es muy loable. El problema es que se suele relacionar la responsabilidad con cierto sacrificio, lo que hace que este día no mole tanto. Sin embargo, comprar de una manera inteligente no solo sirve para vivir de un modo sostenible y justo, sino que también puede implicar una inmediata mejora en la calidad de vida del consumidor, y con este fin fue desarrollada la App GUDTHINGS. Por eso tanta gente nos ha preguntado si esta aplicación es la fórmula de la felicidad. Así que aprovechando esta fecha tan significativa, voy a responder…


¿Qué es la felicidad?

La RAE la define como “Estado de grata satisfacción espiritual y física”. Hay también quien la mide como la diferencia entre lo que se tiene y lo que se desea. Es decir, que si tengo un euro y deseo dos, entonces tengo un euro de infelicidad. También los hay que no sólo no la definen sino que niegan su existencia. Otros, sin embargo, afirman que existe pero que no puede ser permanente. Otros dicen que en el momento en que la observas desaparece. Otros, que es cuestión de actitud. También hay quien defiende que es genético o que depende de la personalidad, es decir, que unos pueden ser felices y otros no.

En la filosofía budista

La filosofía budista, que no cesa en su investigación sobre la felicidad, buena vida, o como lo queramos llamar, lo explica con la metáfora de la rueda: de una manera muy resumida, dice que la realidad es una rueda donde los radios representan nuestra adaptación a la realidad; y donde nuestros apegos y cegueras provocan la descolocación de los radios, provocando que la rueda se mueva con dificultad. Sin embargo, cuando aceptamos la realidad tal y como es, los radios se colocan adecuadamente y la rueda gira con fluidez.

La felicidad y el momento presente

Ahora bien, ¿qué es aceptable? En realidad, todo es aceptable. Me explico. La aceptación de la realidad no implica resignación. La “resignación” incluye el futuro, mientras que la “aceptación” solo se refiere al presente, es decir, a aceptar la realidad tal y como es, y así poder actuar en consecuencia para cambiarla en el futuro. Creo que se entenderá mejor con un ejemplo: imaginemos que estamos en medio de una carretera y un coche viene hacia nosotros. Tenemos tres opciones y solo una nos conviene. ¿Cuál es?

1) Negar que viene un coche.
2) Aceptar que viene un coche y resignarnos a que nos atropelle.
3) Aceptar que viene un coche y apartarnos.

Obviamente, solo la tercera opción evita que acabemos en el hospital, pero para ello primero habremos debido aceptar la trayectoria del coche, lo que implica ver la realidad tal y como es. Es decir, estar atentos al presente y aceptarlo. Eso nos ayudará a tomar buenas decisiones y así intervenir en el futuro para que nos beneficie.

Componentes de la felicidad

Por otro lado, nuestra realidad se compone de distintos aspectos, que se pueden identificar como “los radios de nuestra rueda”. Estos “radios” pueden ser salud, amor y dinero; o bien, según la pirámide de Maslow (bienestar físico, seguridad, afecto, reconocimiento y autorrealización). También podemos guiarnos por algunas de las dimensiones con las que se mide la Felicidad Interior Bruta de un país (bienestar psicológico, uso del tiempo, vitalidad, cultura, salud, educación, nivel de vida). La cantidad de “radios” que podemos identificar es incalculable porque, en realidad, son todo lo que nos rodea, desde nuestra estatura hasta la cuenta del restaurante.

La metáfora de los “radios” encaja con las últimas teorías sobre la felicidad del premio nobel Daniel Kahneman y otros pensadores dentro de esa corriente como Paul Dolan o Tal Ben Sahar, que vienen a ser un desarrollo de la idea de Aristóteles sobre la eudaimonía, que significa algo así como “florecer”. Esta corriente, y yendo a la última línea del razonamiento, nos dice que si somos infelices es porque aceptamos poco y esperamos demasiado. Sin embargo, el malentendido extremo opuesto, es decir, resignarnos a todo y no esperar nada bueno, tampoco parece un buen plan. Ambas opciones nos alejan de lo que Aristóteles llamaba la “virtud”, es decir, el término medio.

Las compras y la felicidad

El exceso de compras de los últimos tiempos, persiguiendo la idea de que cuantos más bienes materiales tuviésemos más felices íbamos a ser, ha resultado no ser exacta. La explicación es sencilla: tal y como se narra en La Mudanza, los objetos nos pueden dar tiempo libre, tiempo de disfrute o gozo para los sentidos. Pero si tenemos demasiados objetos, por ejemplo, si tenemos raquetas, esquís, bicicletas, balones, parapentes, barcos, patines y todos los artículos de deporte que existen, no podremos dedicarle mucho tiempo a cada uno de ellos, por tanto, individualmente, nos darán menos tiempo de disfrute que si tuviéramos solo unos pocos. Sin embargo, todos ellos nos van a seguir exigiendo mantenerlos, ordenarlos, protegerlos y aprender a usarlos (MOPA), por lo que llega un punto de inflexión en la cantidad de objetos que poseemos en el que la curva de tiempo de disfrute que nos proveen empieza a ser decreciente. Por tanto, cada persona tiene un número de objetos máximo que debería poseer. Este número, obviamente, es aproximado y cambia a lo largo del tiempo. Aunque el que más nos interesa es el correspondiente al día de hoy, y para eso hace falta usar la cabeza.

El neominimalismo y las compras inteligentes

Para luchar contra el consumismo sin cabeza, surgió el minimalismo, que aboga por poseer lo menos posible. Sin embargo, corremos el riesgo de irnos al extremo opuesto y crearnos un sentimiento de culpabilidad cada vez que nos compremos unos zapatos nuevos, cuando aún tenemos unos con los que podemos caminar. Ni una cosa ni la otra: busquemos el término medio. Y con ese fin ha surgido el denominado neominimalismo, que viene a ayudar en esa zona gris que queda entre el consumismo y el minimalismo, que es donde se ubican la mayor parte de los objetos que dudamos si comprarnos o no. El objetivo de neominimalismo es que sepamos qué comprar para que nos ayude a conseguir la vida que deseemos, sea la que sea. Usando los principios neominimalistas en la tienda de bicicletas, compraremos con más satisfacción y menos remordimientos, porque sabremos por qué la deseamos, para qué la queremos y si nos la podemos permitir.

Un ejemplo práctico

Imaginemos que estamos en esa tienda de bicicletas, ¿cuál deberíamos comprar? Para tomar la decisión más acertada deberíamos tener en cuenta una serie de variables como cuánto dinero tenemos, cuántas veces la usaremos o cuánto nos costará su mantenimiento. Este tipo de datos mesurables son los que utiliza GUDTHINGS para orientar al usuario en cada compra y evitar que el ciclista de descenso extremo de montaña se mate en la primera bajada por falta de amortiguación o, por el contrario, que el ciclista urbano se compre una de competición y tenga que recargar la amortiguación de aire comprimido que no usa, derrochando tiempo sin necesidad. Podremos tener ahorros de sobra para comprarnos la bici que nos dé la gana, o incluso recuperarlo volviendo a ganarlo, pero el tiempo, ni nos sobra, ni podremos recuperarlo.

¿Cómo funciona la App GUDTHINGS?

El algoritmo con el que funciona la aplicación GUDTHINGS busca ese término medio aristotélico con respecto a nuestras compras. Para ello, usa dos variables directamente relacionadas con la felicidad: tiempo y dinero.

El primer paso para tomar una buena decisión de compra es conocer los datos relacionados con la decisión que tenemos que tomar y “aceptar” la realidad de los mismos. Para ello, GUDTHINGS, con el fin de conocer nuestra “realidad”, necesita saber de cuánto tiempo y de cuánto dinero disponemos, por un lado, y cuánto tiempo y dinero, nos va a dar o quitar el objeto que queremos comprar. Es decir, de cuánto dinero disponemos para comprar esa bici, cuánto la vamos a usar, cuántas veces la tendremos que llevar al taller, etc. El resultado se presenta en un “felizómetro”, en el que, cuanto más alto sea el resultado más nos convendrá comprar el objeto calculado.

La idea no es usar la App cada vez que vayamos a comprar algo, sino coger soltura con unos pocos conceptos para reeducar nuestro instinto de compra que tanto desorienta la publicidad. Y, de este modo, recuperar las riendas de nuestros deseos y usar nuestro limitado tiempo para lo que nos plazca, ya sea luchar por los derechos de los marginados o tirarnos en la playa a no hacer nada.

GUDTHINGS está disponible para IOS y ANDROID. Es gratuita, no pide ningún dato que pueda identificar al usuario y no contiene ningún negocio oculto. Se desarrolló con el único fin de ayudarnos a llevar una buena vida. Sí, a ser felices.

Foto: Antonello Dellanotte

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Paginación: 142 páginasEncuadernación: rústica con solapasDimensiones: 14 x 22 cmISBN: 978-84-16994-37-3

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LOS LECTORES OPINAN

«El libro argumenta de forma novelada, como un ejemplo didáctico, lo que muchos pensábamos pero no habíamos llegado a estructurar y concretar con tanta definición: los objetos que poseemos nos pueden dar satisfacciones, pero nos exigen mucho a cambio».

José Antonio G.

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